jueves, 19 de febrero de 2015

La entrevista literaria: Jacinto Benavente

Jacinto Benavente por Ramón Casas

        La entrevista literaria comienza en España hace justo un siglo, en la revista ilustrada La esfera, revista cultural muy bien editada y en la que colaboraban los grandes escritores (Unamuno, Maeztu, Pardo Bazán...) y fotógrafos ("Campúa", "Kaulak"...) de su tiempo; aunque poco accesible para el ciudadano medio de la España de la época por su alto coste. En ella, José María Carretero ("El caballero audaz") entrevistaba en la sección "Nuestras visitas" a los escritores en boga del momento. Trataba de mostrar un retrato familiar y cercano del autor (Carretero los visitaba en casa, rodeados de sus relativos). Pero "El caballero audaz" iba más allá, era transgresor para su época, y les preguntaba a los escritores sobre sus ingresos, sobre sus polémicas... sin ningún tapujo.

       En 1918 entrevista a Jacinto Benavente, el dramaturgo más famoso y exitoso en aquella España. Aunque todavía no ha ganado el Nobel literario (lo hará en 1922), la trayectoria de nuestro autor está ya perfectamente asentada: lleva publicando con regularidad desde finales del XIX (Teatro Fantástico, 1892) y estrenando exitosamente desde principios del siglo siguiente. Su teatro es popular porque resulta original y menos altisonante que el resto de obras de su época. Hoy no nos sentimos demasiado identificados con la obra de Jacinto Benavente porque la suya es una obra dramática; y el teatro, al estar hecho para ser representado, es muy sensible al contexto y envejece mal.

        Son destacables tres de sus obras: Los intereses creados (crítica al positivismo imperante en la sociedad del primer tercio de siglo con personajes de la Comedia dell'Arte italiana), Señora ama y La malquerida (Dramas rurales ambientados en un pueblo de Toledo que adaptan el modelo trágico griego).

       Volvamos a la entrevista. En ella, José María Carretero presenta a Benavente de manera muy original: crea un personaje ambientándolo en un tiempo y en un lugar, como en un cuento. Primero a través de una escena (la casa, los puros...) y después mediante un retrato (menudo, pequeño, de carácter contrario a su obra...). Una entrevista debe ser una conversación, no un mero intercambio de preguntas y respuestas. El entrevistador tiene que ganarse la confianza de su entrevistado. Carretero le pregunta por sus ingresos y, aunque ahora estemos acostumbrados a que se nos cuenten intimidades, debemos darnos cuenta de que en 1914 esto es muy transgresor.

       En relación con lo anterior, "El caballero audaz" intenta tirar de los hilos que pueden levantar polémica. Entrevistador y entrevistado fingen ser amigos, pero en realidad están disputando una especie de partido en el que uno va a ganar y el otro va a perder. Carretero le pregunta por Pérez de Ayala, por la revista España..., críticos del momento muy ácidos con Benavente por ser germanófilo. Tener mucho éxito genera muchos detractores; y en este sentido me gustaría finalizar con una nota cómica, una coplilla satírica que Madrid le cantaba al dramaturgo en la época:

"El insigne Benavente ha estrenado una Señora
y a coro grita la gente: ¡ya era hora, ya era hora!"

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