viernes, 27 de febrero de 2015

Manuel Chaves Nogales: bajo el polvo de la Guerra Civil

Manuel Chaves Nogales
        En España somos muy de admirar lo ajeno y de dedicarle poco tiempo a lo propio (como es de aquí, será castizo y soez, claro). No es casualidad que el retrato de Quevedo hecho por Velázquez esté en la casa del general Wellington, en Londres. Esta mentalidad es responsable de que hayamos tratado injustamente a muchos de nuestros artistas a lo largo de la historia. Es el caso de Manuel Chaves Nogales (Sevilla, 1897 - Londres, 1944), un magnífico escritor y periodista relegado al ostracismo por no casarse con nadie en tiempos de una España polarizada.

        A Chaves Nogales el oficio le vino de familia: su padre (Manuel Chaves) y su tío (José Nogales) trabajan para El liberal en Sevilla. Manuel muestra desde muy temprano cualidades para continuar el legado familiar. Trabajará en distintos periódicos en su ciudad natal, pero esta pronto se le queda pequeña y se traslada a la capital, donde desarrolla el grueso de su carrera periodística (cuando no está de viaje). En Madrid colabora en muchas publicaciones (El Heraldo, Estampa, La Gaceta Literaria...) y participa en numerosas tertulias literarias. En 1927, gana el Mariano de Cavia, premio periodístico muy prestigioso en el momento por La llegada de Ruth Elder a Madrid, una crónica del primer viaje transatlántico aéreo realizado por una mujer aviadora. En avión precisamente recorrrerá Europa entre 1927 y 1936 Chaves Nogales, realizando audaces reportajes acerca de la Rusia comunista y la Alemania nazi. En 1935 había alcanzado reconocimiento su obra más famosa: Juan Belmonte, matador de toros, una biografía del mítico torero de Triana, considerada una de las mejores obras taurinas que se han escrito.

        A finales de 1936, cuando el gobierno republicano se desplaza a Valencia, Chaves Nogales se resigna a exiliarse en París, donde colaborará con distintos diarios, franceses e hispanoamericanos. En uno de ellos publicará fascicularmente su mejor obra: A sangre y fuego. Héroes, bestias y mártires de España. El libro es su testimonio de la Guerra Civil a través de un compendio de nueve relatos cortos independientes basados (según el autor) en vivencias de la guerra; que reflejan el sinsentido de la violencia por parte de ambos bandos, desde la perspectiva de alguien que representa a esa "Tercera España", que no estaba ni con unos ni con otros. El autor, que ya no pisaría España en vida, muere en Londres en 1944.

        La de Chaves Nogales es una mirada limpia, de alguien alérgico al tremendismo y capaz de desnudar los totalitarismos de la primera mitad del siglo veinte. Su prosa periodística es literaria, tiene valor en sí misma; y sus relatos se nutren de la verosimilitud que aporta manejar la realidad como un gran periodista. Su recuperación como referente, tanto del periodismo como de la literatura, se la debemos a autores como Andrés Trapiello o María Isabel Cintas, que, desde hace veinte años, han bregado para que su obra sea reconocida más allá de biografías de toreros. Decía al principio que en lo intelectual tendemos a preferir lo foráneo. Pues no estaría nada mal mirar un poco hacia dentro y hacerle un hueco en nuestro canon al sevillano que adelantó por treinta años a Truman Capote con una transgresora novela-reportaje.

lunes, 23 de febrero de 2015

Entrevista Jose Manuel López Lorenzo

Jose Manuel: 1959 - 2015


        Jose Manuel López Lorenzo (Serín, 1930) nos recibe en el corredor de su casa tranquilo, parsimonioso. Sus casi ochenta y cinco años no han acabado con sus buenas maneras, ni con su sentido del humor. "Hay que dejar paso a la juventud" nos dice riéndose mientras nos insta a pasar al salón en el que Herminia, su esposa desde hace cincuenta y cinco años, nos ha preparado café. Jose se sienta y nos mira con unos ojos venerables y pacientes, de más de lustro y medio.

        Huérfano a los tres años, comienza a trabajar a los nueve en la casería de unos familiares a cambio de nada más que comida caliente; hasta que, a los quince, harto, decide probar suerte en la construcción. Irá medrando poco a poco: construye una casa para vivir con su mujer y entra a trabajar en Ensidesa con veintiocho años, donde se jubilará como oficial de primera treinta y dos años después. Hoy sus dos hijos son profesores de universidad, y Jose Manuel encarna la superación personal y la lucha por la supervivencia de los niños de la posguerra. Su experiencia vital hace que emita frases luminosas sobre la recesión que vivimos, sin haber leído nunca un libro de economía (ni de muchas otras cosas). Con él conversamos:

- Buenos días, Jose Manuel, muchas gracias por recibirnos. ¿Cómo se siente usted? ¿Cómo ve Gijón, después de tantos años aquí?

- Pues viejo, ¿cómo voy a sentirme? -Se ríe animosamente-. La ciudad cambió mucho desde que yo la conozco. Yo recuerdo el tranvía, las romerías, los cines al aire libre... El piso en el que (ahora) vivimos está encima de donde estaba la casería en la que yo iba a comprar leche de guaje, y eso impresiona.

- Cuéntenos sobre su infancia.

- Mira... yo nací en Serín, en la aldea, en 1930. Mi padre murió en 1933, y mi pobre madre no podía mantenerme sola, por lo que me mandó con unos parientes suyos, que tenían una casería en San Andrés (De los Tacones). Fui a la escuela entre los cuatro y los seis años, donde aprendí a leer, a escribir, a sumar, a restar, a multiplicar y a dividir. En la casería crecí yo, trabajando desde los nueve años de edad, levantándome todos los días a las cinco de la mañana para llevar las vacas de un prado a otro, recogiendo patata... A cambio, nada más que comida caliente: fabes con boroña todos los días, pero eso entonces era mucho. El problema era que tratábanme mal mis primos mayores, pegábanme; allí nunca me sentí en mi casa, por lo que en 1945 marché a Gijón a trabajar en la constructora.

- ¿Cómo era su casa entonces?

- Cuando murió mi padre, mi madre no pudo mantener la casina donde vivíamos, por lo que nos tuvimos que mudar con una tía que había quedado soltera, en Gijón, cerca del Natahoyo. Tenía solo una habitación separada de la cocina por una cortina. La habitación tenía dos camas: una para mi madre, para mi hermana Enedina y para mí; la otra para mi tía. No había radio, ni lavadora, ni nada.

- ¿Cómo ve los cambios que ha vivido aquí? ¿Han sido para mejor?

- Sí, la mayoría sí, pero mejorar algo siempre tiene sus cosas: la cantidad de pisos que se hicieron los últimos diez años y que están vacíos... es algo que sólo puede entenderse de gente que no pasó nunca frío, ni hambre. Cuando yo era pequeño, valorábanse más las cosas, como había días que teníamos que ir por el bosque a por castañas para tener algo en la barriga... no se hacían estas tonterías, pero claro, no era lo mismo.

        A veces no nos damos cuenta de todo lo que nuestros abuelos tienen que contarnos, ni de lo que pueden enseñarnos sobre los tiempos que corren.

- Eso que acaba de decir tiene mucho sentido. ¿Cómo se ve la crisis actual desde unos ojos que han visto hambre y miseria?

- Pues, siendo sincero, no se entiende muy bien, porque... hace diez años estábamos "como queríamos": venga a construir aeropuertos, vías de tren, bloques y bloques de pisos... Y ahora, de repente, hay familias que lo están pasando muy mal, chavales que no pueden ir a la universidad, gente joven marchando a Alemania y a Inglaterra -como hace 40 años-. Y enciendes la tele y dicen los políticos que es por culpa nuestra, por no saber verlo venir. Pero es que eso no puede ser, la gente no lo vio venir, pero tampoco es su trabajo. Es como si yo, que era soldador, me muero de cáncer, y mi médico le dice a mi mujer que la culpa fue mía, que no lo vi venir. Los políticos se echaban flores cuando el país iba bien, pero ahora que va mal... lo de siempre. A mí dame miedo.

- ¿Miedo?

- Sí, porque salen noticias de partidos fascistas por Europa: la extrema derecha francesa, la holandesa; y por otro lado, los comunistas griegos... Y yo viví una guerra, una posguerra, y vi Alemania poco después de que acabara la II Guerra Mundial, porque mi hermana, que quedó soltera, se había marchado a trabajar allí. Y sé lo que es eso, todavía sueño con el ruido de los bombardeos, y me acuerdo del miedo a encontrar un amigo muerto en el muelle, del asco al ir girándoles la cara a los cuerpos para ver si los conocías, de las ratas por la ciudad. Y no quiero eso para mis hijos ni para mis nietos. Y estamos a tiempo de arreglarlo. Solo hay que trabajar juntos como país. Pero para eso hay que mirar más allá del (propio) ombligo; y saber compartir, como los de mi generación cuando éramos mozos.

        En nuestra ajetreada vida metropolitana, ignoramos a nuestros ancianos, como si su condición fuese una especie de angustioso preámbulo a la muerte. Sin embargo, aunque tendamos a pasarlo por alto, las personas mayores son un tesoro que como tal debemos de venerar. A ratos alegres, a ratos taciturnos, son testimonio vivo de la historia; sus arrugas nos permiten preservar la esfera de pensamiento de otro tiempo. Que, a veces, puede ser tan valiosa o más que la nuestra.

jueves, 19 de febrero de 2015

Secretos encriptados


The Imitation Game de Morten Tyldum. Biopic bélico con Benedict Cumberbatch, Keira Knightley, Matthew Goode. Reino Unido y Estados Unidos. Inglés. 2015. 

     Al cierre de la película, Joan Clarke (Keira Knightley) le dice a un Turing (Benedict Cumberbatch) ya destrozado por el tratamiento hormonal: "Do you know, this morning I was on a train that wouldn't exist if it wasn't for you". Y es que eso supuso Alan Turing (Londres, 1912-1954) para Occidente, como padre de los ordenadores y héroe de guerra; pero su homosexualidad ("gross indecency" según el código penal británico del momento) y posterior suicidio hicieron que se guardara en secreto (con mucha más eficiencia que cualquier encriptadora) a un científico de la talla de Einstein o Tesla. Hay que tener en cuenta que Turing no fue el único; a Oscar Wilde le había pasado algo parecido medio siglo antes.

         The Imitation Game (2014) es el homenaje que se merece el gran héroe, representado a través de un fascinante Benedict Cumberbatch que consigue reflejar la paradoja del hombre que entiende los patrones formales más difíciles del mundo pero que no es capaz de hacer lo mismo con la ironía. Fantástico en las distancias cortas, Cumberbatch es capaz de captar la insensibilidad sensible del Asperger en una interpretación emocionalmente compleja que se convierte en el ancla de la película.

         La película narra tres momentos clave en la vida del científico: su atormentada adolescencia internado en Dorset, con su primer amor (Christopher Morcom) y su descubrimiento de la criptografía; su reclutamiento para el MI-6 y posterior construcción de una máquina (que será el primer ordenador, al que, significativamente, llamará Cristopher) capaz de romper el código secreto nazi de transmisión; y su caída en desgracia tras ser detenido por su homosexualidad (delito en Inglaterra hasta pocos años después) y obligado a someterse a un tratamiento hormonal castrante.

        Aunque quizá se podría haber explotado más el suicidio de Turing con la manzana, The imitation game describe una trayectoria compleja contada a través de saltos temporales en un guion inteligentemente escrito (pues es capaz de acercar la matemática compleja al espectador sencillo). Morten Tyldum consigue un film épico pero elegante; certero en la fotografía (de nuestro Óscar Faura); y sólido y agitador sin dejar de ser delicado en conjunto. Ayuda una humana Keira Knightley y un Matthew Goode muy cad. 

       La película mezcla géneros (thriller, biográfica, espías, bélica, trágica), pero maneja códigos menos complejos que las máquinas de Turing. Ya hable de valores morales, sexuales o sociales; habla claro y limpio, sin enigmas. Y eso se agradece. Muy recomendable.

Entrevista a Quentin Tarantino

Q

        Desaliñado, sin demasiado pelo y en zapatillas deportivas, Quentin Tarantino (Knoxville, Tennessee, 1963) bien podría ser el dependiente de una ferretería del barrio de Queens; pero sus ojos curiosos y su coeficiente intelectual de 160 le han convertido en algo bien diferente: un director, guionista, actor y productor mundialmente famoso y reconocido por la crítica. Ganador de dos Oscar al mejor guion original (Pulp Fiction, 1994; Django Unchained, 2012), dos Globos de Oro -también al mejor guion- (Pulp Fiction, 1994; Django Unchained, 2012) y una Palma de Oro (Pulp Fiction, 1994) entre otros, el originario de Tennessee nos recibe en su mansión de Beverly Hills, en una luminosa habitación llena de vinilos del mejor Soul. Entre Kool & The Gang, Sly & The Family Stone y The Horny Horns, comenzamos nuestra entrevista:


1 - En primer lugar, muchas gracias por recibirnos. Es un honor para nosotros estar con uno de los grandes de detrás de la claqueta. En numerosas ocasiones ha hablado de la influencia que tiene para su cine haber trabajado en un videoclub. ¿Cuándo comienza Tarantino a ver películas de Serie B y qué le aportan?

2 - Estoy pensando en las intros de Kill Bill 1 y de Jackie Brown. ¿Cómo decide las canciones que caracterizan a los personajes principales de sus películas?

3 - ¿Cuál fue la primera película que le marcó?¿Cuándo se dijo: "De mayor quiero hacer cine"?

4 - ¿Qué significa para usted la estilización de la violencia de la que hace uso en sus películas?¿Busca, como Michael Haneke, criticar la aceptación social que tiene en Occidente la agresividad, la competitividad extrema y la violencia injustificada?

5 - Muchas veces ha mencionado su admiración por Martin Scorsese, ¿cuáles son sus directores favoritos en activo? ¿Y retirados?

6 - Todo el mundo conoce su predilección por ciertos actores. ¿Qué relación tiene con Samuel L. Jackson? ¿Y con Uma Thurman?

7 - ¿Qué está preparando ahora mismo? ¿Es cierto que no tendremos más Tarantino a partir de 2023?

8 - Colecciona coches y música de los 70; viste zapatillas de los 70. ¿Qué significó esta década para usted?


La entrevista literaria: Jacinto Benavente

Jacinto Benavente por Ramón Casas

        La entrevista literaria comienza en España hace justo un siglo, en la revista ilustrada La esfera, revista cultural muy bien editada y en la que colaboraban los grandes escritores (Unamuno, Maeztu, Pardo Bazán...) y fotógrafos ("Campúa", "Kaulak"...) de su tiempo; aunque poco accesible para el ciudadano medio de la España de la época por su alto coste. En ella, José María Carretero ("El caballero audaz") entrevistaba en la sección "Nuestras visitas" a los escritores en boga del momento. Trataba de mostrar un retrato familiar y cercano del autor (Carretero los visitaba en casa, rodeados de sus relativos). Pero "El caballero audaz" iba más allá, era transgresor para su época, y les preguntaba a los escritores sobre sus ingresos, sobre sus polémicas... sin ningún tapujo.

       En 1918 entrevista a Jacinto Benavente, el dramaturgo más famoso y exitoso en aquella España. Aunque todavía no ha ganado el Nobel literario (lo hará en 1922), la trayectoria de nuestro autor está ya perfectamente asentada: lleva publicando con regularidad desde finales del XIX (Teatro Fantástico, 1892) y estrenando exitosamente desde principios del siglo siguiente. Su teatro es popular porque resulta original y menos altisonante que el resto de obras de su época. Hoy no nos sentimos demasiado identificados con la obra de Jacinto Benavente porque la suya es una obra dramática; y el teatro, al estar hecho para ser representado, es muy sensible al contexto y envejece mal.

        Son destacables tres de sus obras: Los intereses creados (crítica al positivismo imperante en la sociedad del primer tercio de siglo con personajes de la Comedia dell'Arte italiana), Señora ama y La malquerida (Dramas rurales ambientados en un pueblo de Toledo que adaptan el modelo trágico griego).

       Volvamos a la entrevista. En ella, José María Carretero presenta a Benavente de manera muy original: crea un personaje ambientándolo en un tiempo y en un lugar, como en un cuento. Primero a través de una escena (la casa, los puros...) y después mediante un retrato (menudo, pequeño, de carácter contrario a su obra...). Una entrevista debe ser una conversación, no un mero intercambio de preguntas y respuestas. El entrevistador tiene que ganarse la confianza de su entrevistado. Carretero le pregunta por sus ingresos y, aunque ahora estemos acostumbrados a que se nos cuenten intimidades, debemos darnos cuenta de que en 1914 esto es muy transgresor.

       En relación con lo anterior, "El caballero audaz" intenta tirar de los hilos que pueden levantar polémica. Entrevistador y entrevistado fingen ser amigos, pero en realidad están disputando una especie de partido en el que uno va a ganar y el otro va a perder. Carretero le pregunta por Pérez de Ayala, por la revista España..., críticos del momento muy ácidos con Benavente por ser germanófilo. Tener mucho éxito genera muchos detractores; y en este sentido me gustaría finalizar con una nota cómica, una coplilla satírica que Madrid le cantaba al dramaturgo en la época:

"El insigne Benavente ha estrenado una Señora
y a coro grita la gente: ¡ya era hora, ya era hora!"

miércoles, 4 de febrero de 2015

La entrevista

François Truffaut entrevistando a Alfred Hitchcock en 1962

        La entrevista es uno de los grandes géneros periodísticos (junto con la noticia, la crónica, el reportaje...). Nace en el siglo XIX, y se convierte en género estrella en el XX. En ella, un entrevistador obtiene información de un entrevistado haciéndole preguntas. Se trata, además, de una herramienta periodística fundamental, pues sirve para recabar información directamente de la fuente (para después publicarla en forma de entrevista o convertirla en  perfil, reportaje, crónica...).

        Si para diferenciar la literatura del periodismo tomamos el criterio ficción/no ficción, también se podría equiparar la entrevista con un texto dramático (igual que la crónica con un cuento), pues participan de los mismos recursos: en ambos se crean personajes, en ambos se puede crear tensión...

        En la buena entrevista, dos personajes hablan y pasa algo: puede ganar uno u otro. El que conserva la calma, el que consigue mantenerse espontáneo, gana; por lo que el entrevistador debe prepararse y saber reaccionar. Según la relación entrevistador/entrevistado se pueden distinguir tres tipos de entrevistas: las entrevistas a, las entrevistas con y las entrevistas contra:

        En las entrevistas a, el entrevistado es el protagonista exclusivo. El entrevistador se ha preparado pero tiene un papel neutro, no hay debate. Lo relevante es aquello que dice el entrevistado; de hecho, a veces se publican sin las preguntas. Esta clase de entrevista es la que le haría un periodista a un físico nuclear.

        En las entrevistas con, el protagonista sigue siendo el entrevistado, pero el entrevistador sabe del tema que se va a tratar y es, en cierto modo, coprotagonista, pues la pregunta es en sí misma interesante. Esta clase de entrevista es la que le haría un físico nuclear a otro físico nuclear al que le hubieran dado un premio.

       En las entrevistas contra, el entrevistador intenta dejar en evidencia en público al entrevistado. Como es natural, este tipo de entrevistas es el que más teme el entrevistador y más divierte al público. Esta clase de entrevista sería esperable de un reportero del ABC a Pablo Iglesias, por ejemplo.

       Hacer una entrevista acarrea tres tareas previas: seleccionar al personaje, recopilar información (saber lo más posible del personaje y, a poder ser, datos no conocidos por todo el mundo) y hacer preguntas. Esta última tarea es quizá la más importante; las preguntas no pueden estar hechas de cualquier manera. Las preguntas deben estar hechas para el público en dos sentidos: deben ser interesantes para el lector y deben estar adaptadas al conocimiento del tema del público, no del entrevistador. Este debe priorizar al receptor y ampliar su ignorancia manifiestamente cuando sea necesario. Además, el cuestionario tiene que quedar siempre abierto, las preguntas causan respuestas que originan nuevas preguntas que no estaban planeadas.

        Como entrevistas interesantes, me gustaría proponer tres magníficas entrevistas de un mismo programa televisivo, A fondo, realizadas por Joaquín Soler Serrano:

                - A Julio Cortázar: http://youtu.be/_FDRIPMKHQg
                - A Jorge Luis Borges: http://youtu.be/2gu9l_TqS8I
                - A Juan Rulfo: http://youtu.be/V74yJztkx-c