jueves, 19 de marzo de 2015

Ficha: Babelia



        Babelia es el suplemento cultural de El País. Se publica todos los sábados desde 1991; el próximo número será el 1217. Su extensión es de veinte páginas, del mismo tamaño y papel que el resto del periódico, pero distribuido tipográficamente de modo diferente. El periódico desarolla las siguientes secciones:

                ·Portada (p.1) - Ilustración a color que ocupa toda la página e introduce el tema cultural que Babelia considera el más importante de la semana. Recientemente: la última novela de Pérez Reverte, el libro Una herencia incómoda del periodista científico Nicholas Wade, cómo algunos grandes autores revisan sus obras una y otra vez, la emergencia del arte contemporáneo colombiano...

                ·En portada (pp. 2-3) - Entrevista/Reportaje que resulta del tema planteado en portada. Normalmente ocupa dos páginas, aunque puede llenar hasta cuatro si colaboran muchos redactores. Incluye una crítica sobre el mismo tema de un invitado especial; entre los recientes han estado Darío Villanueva, Javier Sampedro y Soledad Puértolas, entre otros.

                ·Ida y vuelta (p. 4) - Sección del reciente premio Príncipe de Asturias Antonio Muñoz Molina, que además de ser un gran novelista es un gran articulista, y el colaborador estrella de Babelia. Escribe artículos sobre pintura, literatura, música, viajes... En cierta medida también es un poco corresponsal, porque vive la mitad del tiempo en Nueva York, lo que le permite estar al tanto de lo que pasa al otro lado del océano. Recientemente ha escrito sobre Kim Jong-il, la destrucción de las esculturas asirias por parte de los yihadistas, la prisión de Guantánamo...

                ·Opinión (p. 5) - Dos personas notables escriben sobre un tema con opiniones contrapuestas. Comparten página el humor de Max y la Carta a Babelia.

                ·El libro de la semana (p. 6) - Un redactor destacado reseña un libro que Babelia considera interesante de entre los publicados esa semana. Recientemente: La ley de la ferocidad de Pablo Ramos (Malpaso) o Hombres sin mujeres de Murakami (Tusquets).

                ·Crítica textual variada (pp. 6-9) - Destaca la sección "Lecturas de escritor" (p. 9).

                ·Entrevista central (pp. 10-11) - Amplia entrevista a un escritor o escritora internacional destacado; introducida por un perfil relativamente extenso, y acompañada por una gran fotografía a color. Recientemente: el sueco Per Olov Enquist, el francés J.M.G. Le Clézio o las estadounidenses Lydia Davis y Siri Hustvedt.               

                ·Sillón de orejas (p. 12) - Sección del destacado escritor, profesor, crítico y ensayista Manuel Rodríguez Rivero; donde comparte sus recomendaciones, críticas y pareceres sobre cine y literatura. Comparte página con él Ivan Thays con sus Avisos para navegantes, donde glosa los últimos rumores del mundo literario.

                ·Crítica de arte (pp. 13-16) - Crónicas y críticas de las últimas exposiciones, y entrevistas a artistas plásticos de diversa índole.

                ·Música (p. 17) - Entrevistas a músicos destacados por alguna razón y reseñas sobre libros que tengan alguna relación con la música, como Respect Yourself: Stax Records and the Soul Explosion, breve historia del mítico sello de soul.

                ·Puro teatro (p.18) - Reseña sobre alguna obra reciente destacada, escrita por el escritor, profesor y crítico teatral Marcos Ordóñez.

                ·El rincón (p. 19) - Lugar reservado para la entrevista (también introducida por una reseña) a un personaje destacado del mundo del espectáculo, de la literatura o del cine. Recientes: Joshua Feldman, Amelia Ochandiano, Isabel Coixet o Gisela Joao, entre otros.

                                            [La página 20 está ocupada por publicidad]

El Ultraísmo y la revista ULTRA

        Literatura no significa obligatoriamente libro, y más en el caso de la poesía, donde casi siempre que se edita un libro suele ser una recopilación, una antología o una selección. Los libros fueron históricamente objetos caros y escasos; exclusivos para los VIPs del momento. La poesía, sin embargo, no; como la música, es una actividad inherente al ser humano, único animal que necesita evasión y contemplación de sus propios sentimientos. La lírica, por sus características -autonomía, musicalidad, brevedad-, es el género que más se ha separado siempre del formato de libro. Precisamente se llama lírica porque en la antigüedad clásica no se escribía, sino que se cantaba, al tañido de la lira. Cantados también se transmitieron los romances de generación en generación, sin pasar al plano de la escritura en muchas ocasiones. En los Siglos de Oro, el mismísimo Góngora no llegó a publicar en vida; sus versos, como los de la mayoría, se difundieron manuscritos.

Tertulias en un café de la primera mitad del siglo XIX
        Con el Romanticismo llega un modo de difusión mucho más eficiente (tanto que sigue  plenamente vigente): las revistas literarias. Son publicaciones de poca tirada, vinculadas a las nuevas escuelas que surgen en las tertulias de los cafés. En ellas, los jóvenes autores se enfrentan a las corrientes predominantes del momento. Si unas líneas antes mencioné a Góngora, ahora cabe nombrar a Espronceda, que no publica un libro hasta poco antes de morir, en 1840.

Portada del primer número de Índice
        La época dorada de las revistas de poesía en España llega en el primer tercio del siglo XX. Los jóvenes del momento se rebelan a través de su poesía contra la crisis de valores en que está sumido Occidente tras la Gran Guerra, y contra los clichés modernistas. Juan Ramón Jiménez crea Índice en 1921, con el objetivo de difundir a los noveles que le rodean. En ella colaborarán autores de la talla de Azorín u Ortega y Gasset, cobijando a unos jóvenes que hoy nos suenan familiares: Guillén, Lorca, Salinas... Desgraciadamente, la revista sólo dura seis números: por problemas crematísticos o conflictos internos, quién sabe.

Portada de la revista Ultra
        En una línea mucho más agresiva, surge en Madrid la revista Ultra en 1921. Liderada por Rafael Cansinos Assens desde su tertulia en El Colonial, en torno a ella se desarrolla lo que probablemente sea nuestro más interesante movimiento de vanguardia pura: el Ultraísmo. Destacan nombres como Jorge Luis Borges o Guillermo de Torre, que perseguirán una poesía intelectual, sin emociones ni convenciones culturales que la moldeen, para "traducir la emoción desnuda". Sus ideas son buenas (y están brillantemente recogidas en "Anatomía de mi Ultra", manifiesto borgiano) pero los ultraístas no serán capaces de explotarlas más que torpemente, y acaban evolucionando hacia otros movimientos (el propio Borges se hará grande escribiendo contra sus pretensiones de juventud). Lo que sí hizo Ultra fue higienizar una escena ya muy manida por cisnes, princesas y dodecasílabos.
Portada original de Hélices (Norah Borges)
        Uno de los pocos libros ultraístas publicados fue Hélices, de Guillermo de Torre (ilustrado por su mujer, Norah Borges), conjunto inconexo de caligramas y metáforas insólitas que usan la tipografía expresiva. Pese a ser una obra tan original como suena, nadie es el Adán literario (como sentenció Rubén Darío), y el libro (como en general, el Ultraísmo) le debe mucho a Gómez de la Serna. Y es que los poemas ultraístas, en muchas ocasiones, son una especie de conjuntos de greguerías sobre un tema, organizados de un modo picto-caligráfico.
La revista Caballo Verde para la Poesía
       Tras el auge de las vanguardias puras, una vanguardia "impura" y de síntesis llega a España de la mano de Pablo Neruda (que ya ha publicado Veinte poemas de amor y una canción desesperada). Se trata del Surrealismo, corriente que nace en Francia apoyada en las teorías freudianas, y que llega a España en los años veinte e influye en la obra de autores como Lorca, Alberti, Aleixandre... Neruda funda Caballo Verde para la Poesía. En el primer número aparece un manifiiesto titulado "Por una poesía sin pureza" que, aunque en realidad es una reacción al arte deshumanizado de Ortega, Juan Ramón Jiménez se toma como una ofensa, lo que significa su separación final del grupo de autores que habían crecido con él y que poco tiempo después se encontrarán en el Ateneo de Sevilla.

Federico García Lorca y Pablo Neruda
        Si hablamos de los siglos XVI y XVII como Edad de Oro de nuestra literatura, deberíamos hacer lo propio con el primer tercio del siglo XX y llamarlo Edad de Plata. La producción literaria que nos ha llegado a través de las revistas del momento no hace sino reafirmarlo.

miércoles, 18 de marzo de 2015

ANÁFORA

Portada del tercer número de la revista Anáfora
        La joven revista literaria Anáfora es uno de esos (desgraciadamente pocos) refugios que le quedan al papel y a los libros. "Creación y crítica" reza su portada, y es que esta revista, que surge al calor de la tertulia Oliver, se propone como plataforma para que poetas y narradores jóvenes publiquen y se desarrollen, amparados, en las mismas páginas, por voces ya reconocidas en el panorama nacional: Juan Bonilla, Antonio Rivero Taravillo, Javier García Rodríguez (en el cuarto número)... La revista es editada por Impronta y diseñada por Marina Lobo.

        Anáfora recuerda, en cierta medida, a las revistas literarias de poca tirada de la España del primer tercio del siglo pasado, donde jóvenes poetas se esforzaban, fracasaban y se renovaban (también acompañados por sus maestros). Algunos triunfarían y hoy son recordados: Lorca, Cernuda, Alberti... Otros, no. Las diferentes secciones de Anáfora (poesía, traducción, prosa, entrevistas y lecturas) representan ese terreno de la apuesta creativa: desde traducción de poesía contemporánea china hasta poemas del loco Patarrealismo Salvaje de Xaime Martínez, Miguel Floriano y Diego Álvarez (entre otros).
La presentación. Fuente: La Nueva España

           El pasado viernes 27 de febrero, el Club de Prensa de La Nueva España acogió la presentación del tercer número de la publicación ovetense. La llevaron a cabo sus jóvenes coordinadores (Cristian David López y Pablo Núñez) acompañados por tres de sus (también jóvenes) colaboradores habituales: Candela de las Heras, Miguel Floriano y Carlos Iglesias Díez. La noche, ya fría, convirtió el local en una especie de guarida en la que uno se podía relajar al calor de la poesía.

Candela de las Heras
           Tras una introducción del coordinador Cristian David López, comenzó la sesión Candela de las Heras, joven poeta alicantina que cursa Lengua Española y sus Literaturas en la Universidad de Oviedo.  Reconoció su admiración por los versos de Víctor Botas y su afición por la música, y recitó su poema "Little girl blue", en homenaje a Janis Joplin. "Los versos permiten conocer a un poeta sin conocerle, sin haberle visto nunca", declaró De las Heras, que de niña descubrió la poesía leyendo los poemas de su abuelo al que no conoció, pero tiene muy presente.

Miguel Floriano
         El segundo fue Miguel Floriano, un excéntrico joven que ya ha publicado dos libros y que también estudia Lengua Española y sus Literaturas en Oviedo. Entre contradicciones como considerarse a sí mismo escritor tardío y declarar que comenzó a escribir en primaria, con los deberes de literatura que hacía a cuatro manos con su abuelo, avanzó la intervención de este curioso poeta novel. Tras confesar algunas de sus influencias (Gil de Biedma y Ramón Ripoll entre las más acusadas) y pretensiones poéticas: "yo persigo la significación soterrada bajo una sintaxis rítmica", recitó su poema publicado en la revista, "El pasado se mueve", en honor a Pink Floyd. Antes de finalizar, se enmarcó a sí mismo dentro de su propio movimiento poético vanguardista: el "Patarrealismo" Salvaje.

Carlos Iglesias Díez

            El tercer y último colaborador que intervino fue Carlos Iglesias Díez, gijonés licenciado en Filología Hispánica, autor de El niño de arena (2013). Encargado para este número de Anáfora de la sección de entrevistas, el colaborador habitual de la revista Clarín entrevistó a su amigo Xaime Martínez, poeta recientemente laureado con el XVII Premio de Poesía Joven "Antonio Carvajal" por su libro Fuego Cruzado, obra que Iglesias considera "una inmensa jam session donde unen sus fuerzas Muddy Waters, Bob Dylan, Leonard Cohen, Eric Clapton y, por parte asturiana, Nacho Vegas". Además, Iglesias también habló de los autores que han influenciado su poesía ("Para mí Leonard Cohen es DIOS"), de su pasión por la lírica oriental y de sus intereses como creador, entre los que destacó la creación de atmósferas, y definió la suya como una "poesia experiencial con poso narrativo, ensayístico".

              La velada terminó con un turno de preguntas en el que los coordinadores adelantaron parte del contenido del siguiente número de Anáfora y contestaron algunas dudas relativas a la sección de traducción. Después, los lectores nos fuimos tranquilamente a casa con cuerpo de viernes por la noche y con la agradable sensación de haber presenciado literatura viva: espontánea y joven.

                Para los lectores a los que les interese, algunos de estos poetas recitarán parte de su obra el lunes 16 de Marzo a las 18:00 en el Edificio Histórico de la Universidad de Oviedo con motivo de la clausura del Aula de Poesía 2014/2015 (Dirigida por Javier García Rodríguez).

viernes, 27 de febrero de 2015

Manuel Chaves Nogales: bajo el polvo de la Guerra Civil

Manuel Chaves Nogales
        En España somos muy de admirar lo ajeno y de dedicarle poco tiempo a lo propio (como es de aquí, será castizo y soez, claro). No es casualidad que el retrato de Quevedo hecho por Velázquez esté en la casa del general Wellington, en Londres. Esta mentalidad es responsable de que hayamos tratado injustamente a muchos de nuestros artistas a lo largo de la historia. Es el caso de Manuel Chaves Nogales (Sevilla, 1897 - Londres, 1944), un magnífico escritor y periodista relegado al ostracismo por no casarse con nadie en tiempos de una España polarizada.

        A Chaves Nogales el oficio le vino de familia: su padre (Manuel Chaves) y su tío (José Nogales) trabajan para El liberal en Sevilla. Manuel muestra desde muy temprano cualidades para continuar el legado familiar. Trabajará en distintos periódicos en su ciudad natal, pero esta pronto se le queda pequeña y se traslada a la capital, donde desarrolla el grueso de su carrera periodística (cuando no está de viaje). En Madrid colabora en muchas publicaciones (El Heraldo, Estampa, La Gaceta Literaria...) y participa en numerosas tertulias literarias. En 1927, gana el Mariano de Cavia, premio periodístico muy prestigioso en el momento por La llegada de Ruth Elder a Madrid, una crónica del primer viaje transatlántico aéreo realizado por una mujer aviadora. En avión precisamente recorrrerá Europa entre 1927 y 1936 Chaves Nogales, realizando audaces reportajes acerca de la Rusia comunista y la Alemania nazi. En 1935 había alcanzado reconocimiento su obra más famosa: Juan Belmonte, matador de toros, una biografía del mítico torero de Triana, considerada una de las mejores obras taurinas que se han escrito.

        A finales de 1936, cuando el gobierno republicano se desplaza a Valencia, Chaves Nogales se resigna a exiliarse en París, donde colaborará con distintos diarios, franceses e hispanoamericanos. En uno de ellos publicará fascicularmente su mejor obra: A sangre y fuego. Héroes, bestias y mártires de España. El libro es su testimonio de la Guerra Civil a través de un compendio de nueve relatos cortos independientes basados (según el autor) en vivencias de la guerra; que reflejan el sinsentido de la violencia por parte de ambos bandos, desde la perspectiva de alguien que representa a esa "Tercera España", que no estaba ni con unos ni con otros. El autor, que ya no pisaría España en vida, muere en Londres en 1944.

        La de Chaves Nogales es una mirada limpia, de alguien alérgico al tremendismo y capaz de desnudar los totalitarismos de la primera mitad del siglo veinte. Su prosa periodística es literaria, tiene valor en sí misma; y sus relatos se nutren de la verosimilitud que aporta manejar la realidad como un gran periodista. Su recuperación como referente, tanto del periodismo como de la literatura, se la debemos a autores como Andrés Trapiello o María Isabel Cintas, que, desde hace veinte años, han bregado para que su obra sea reconocida más allá de biografías de toreros. Decía al principio que en lo intelectual tendemos a preferir lo foráneo. Pues no estaría nada mal mirar un poco hacia dentro y hacerle un hueco en nuestro canon al sevillano que adelantó por treinta años a Truman Capote con una transgresora novela-reportaje.

lunes, 23 de febrero de 2015

Entrevista Jose Manuel López Lorenzo

Jose Manuel: 1959 - 2015


        Jose Manuel López Lorenzo (Serín, 1930) nos recibe en el corredor de su casa tranquilo, parsimonioso. Sus casi ochenta y cinco años no han acabado con sus buenas maneras, ni con su sentido del humor. "Hay que dejar paso a la juventud" nos dice riéndose mientras nos insta a pasar al salón en el que Herminia, su esposa desde hace cincuenta y cinco años, nos ha preparado café. Jose se sienta y nos mira con unos ojos venerables y pacientes, de más de lustro y medio.

        Huérfano a los tres años, comienza a trabajar a los nueve en la casería de unos familiares a cambio de nada más que comida caliente; hasta que, a los quince, harto, decide probar suerte en la construcción. Irá medrando poco a poco: construye una casa para vivir con su mujer y entra a trabajar en Ensidesa con veintiocho años, donde se jubilará como oficial de primera treinta y dos años después. Hoy sus dos hijos son profesores de universidad, y Jose Manuel encarna la superación personal y la lucha por la supervivencia de los niños de la posguerra. Su experiencia vital hace que emita frases luminosas sobre la recesión que vivimos, sin haber leído nunca un libro de economía (ni de muchas otras cosas). Con él conversamos:

- Buenos días, Jose Manuel, muchas gracias por recibirnos. ¿Cómo se siente usted? ¿Cómo ve Gijón, después de tantos años aquí?

- Pues viejo, ¿cómo voy a sentirme? -Se ríe animosamente-. La ciudad cambió mucho desde que yo la conozco. Yo recuerdo el tranvía, las romerías, los cines al aire libre... El piso en el que (ahora) vivimos está encima de donde estaba la casería en la que yo iba a comprar leche de guaje, y eso impresiona.

- Cuéntenos sobre su infancia.

- Mira... yo nací en Serín, en la aldea, en 1930. Mi padre murió en 1933, y mi pobre madre no podía mantenerme sola, por lo que me mandó con unos parientes suyos, que tenían una casería en San Andrés (De los Tacones). Fui a la escuela entre los cuatro y los seis años, donde aprendí a leer, a escribir, a sumar, a restar, a multiplicar y a dividir. En la casería crecí yo, trabajando desde los nueve años de edad, levantándome todos los días a las cinco de la mañana para llevar las vacas de un prado a otro, recogiendo patata... A cambio, nada más que comida caliente: fabes con boroña todos los días, pero eso entonces era mucho. El problema era que tratábanme mal mis primos mayores, pegábanme; allí nunca me sentí en mi casa, por lo que en 1945 marché a Gijón a trabajar en la constructora.

- ¿Cómo era su casa entonces?

- Cuando murió mi padre, mi madre no pudo mantener la casina donde vivíamos, por lo que nos tuvimos que mudar con una tía que había quedado soltera, en Gijón, cerca del Natahoyo. Tenía solo una habitación separada de la cocina por una cortina. La habitación tenía dos camas: una para mi madre, para mi hermana Enedina y para mí; la otra para mi tía. No había radio, ni lavadora, ni nada.

- ¿Cómo ve los cambios que ha vivido aquí? ¿Han sido para mejor?

- Sí, la mayoría sí, pero mejorar algo siempre tiene sus cosas: la cantidad de pisos que se hicieron los últimos diez años y que están vacíos... es algo que sólo puede entenderse de gente que no pasó nunca frío, ni hambre. Cuando yo era pequeño, valorábanse más las cosas, como había días que teníamos que ir por el bosque a por castañas para tener algo en la barriga... no se hacían estas tonterías, pero claro, no era lo mismo.

        A veces no nos damos cuenta de todo lo que nuestros abuelos tienen que contarnos, ni de lo que pueden enseñarnos sobre los tiempos que corren.

- Eso que acaba de decir tiene mucho sentido. ¿Cómo se ve la crisis actual desde unos ojos que han visto hambre y miseria?

- Pues, siendo sincero, no se entiende muy bien, porque... hace diez años estábamos "como queríamos": venga a construir aeropuertos, vías de tren, bloques y bloques de pisos... Y ahora, de repente, hay familias que lo están pasando muy mal, chavales que no pueden ir a la universidad, gente joven marchando a Alemania y a Inglaterra -como hace 40 años-. Y enciendes la tele y dicen los políticos que es por culpa nuestra, por no saber verlo venir. Pero es que eso no puede ser, la gente no lo vio venir, pero tampoco es su trabajo. Es como si yo, que era soldador, me muero de cáncer, y mi médico le dice a mi mujer que la culpa fue mía, que no lo vi venir. Los políticos se echaban flores cuando el país iba bien, pero ahora que va mal... lo de siempre. A mí dame miedo.

- ¿Miedo?

- Sí, porque salen noticias de partidos fascistas por Europa: la extrema derecha francesa, la holandesa; y por otro lado, los comunistas griegos... Y yo viví una guerra, una posguerra, y vi Alemania poco después de que acabara la II Guerra Mundial, porque mi hermana, que quedó soltera, se había marchado a trabajar allí. Y sé lo que es eso, todavía sueño con el ruido de los bombardeos, y me acuerdo del miedo a encontrar un amigo muerto en el muelle, del asco al ir girándoles la cara a los cuerpos para ver si los conocías, de las ratas por la ciudad. Y no quiero eso para mis hijos ni para mis nietos. Y estamos a tiempo de arreglarlo. Solo hay que trabajar juntos como país. Pero para eso hay que mirar más allá del (propio) ombligo; y saber compartir, como los de mi generación cuando éramos mozos.

        En nuestra ajetreada vida metropolitana, ignoramos a nuestros ancianos, como si su condición fuese una especie de angustioso preámbulo a la muerte. Sin embargo, aunque tendamos a pasarlo por alto, las personas mayores son un tesoro que como tal debemos de venerar. A ratos alegres, a ratos taciturnos, son testimonio vivo de la historia; sus arrugas nos permiten preservar la esfera de pensamiento de otro tiempo. Que, a veces, puede ser tan valiosa o más que la nuestra.

jueves, 19 de febrero de 2015

Secretos encriptados


The Imitation Game de Morten Tyldum. Biopic bélico con Benedict Cumberbatch, Keira Knightley, Matthew Goode. Reino Unido y Estados Unidos. Inglés. 2015. 

     Al cierre de la película, Joan Clarke (Keira Knightley) le dice a un Turing (Benedict Cumberbatch) ya destrozado por el tratamiento hormonal: "Do you know, this morning I was on a train that wouldn't exist if it wasn't for you". Y es que eso supuso Alan Turing (Londres, 1912-1954) para Occidente, como padre de los ordenadores y héroe de guerra; pero su homosexualidad ("gross indecency" según el código penal británico del momento) y posterior suicidio hicieron que se guardara en secreto (con mucha más eficiencia que cualquier encriptadora) a un científico de la talla de Einstein o Tesla. Hay que tener en cuenta que Turing no fue el único; a Oscar Wilde le había pasado algo parecido medio siglo antes.

         The Imitation Game (2014) es el homenaje que se merece el gran héroe, representado a través de un fascinante Benedict Cumberbatch que consigue reflejar la paradoja del hombre que entiende los patrones formales más difíciles del mundo pero que no es capaz de hacer lo mismo con la ironía. Fantástico en las distancias cortas, Cumberbatch es capaz de captar la insensibilidad sensible del Asperger en una interpretación emocionalmente compleja que se convierte en el ancla de la película.

         La película narra tres momentos clave en la vida del científico: su atormentada adolescencia internado en Dorset, con su primer amor (Christopher Morcom) y su descubrimiento de la criptografía; su reclutamiento para el MI-6 y posterior construcción de una máquina (que será el primer ordenador, al que, significativamente, llamará Cristopher) capaz de romper el código secreto nazi de transmisión; y su caída en desgracia tras ser detenido por su homosexualidad (delito en Inglaterra hasta pocos años después) y obligado a someterse a un tratamiento hormonal castrante.

        Aunque quizá se podría haber explotado más el suicidio de Turing con la manzana, The imitation game describe una trayectoria compleja contada a través de saltos temporales en un guion inteligentemente escrito (pues es capaz de acercar la matemática compleja al espectador sencillo). Morten Tyldum consigue un film épico pero elegante; certero en la fotografía (de nuestro Óscar Faura); y sólido y agitador sin dejar de ser delicado en conjunto. Ayuda una humana Keira Knightley y un Matthew Goode muy cad. 

       La película mezcla géneros (thriller, biográfica, espías, bélica, trágica), pero maneja códigos menos complejos que las máquinas de Turing. Ya hable de valores morales, sexuales o sociales; habla claro y limpio, sin enigmas. Y eso se agradece. Muy recomendable.

Entrevista a Quentin Tarantino

Q

        Desaliñado, sin demasiado pelo y en zapatillas deportivas, Quentin Tarantino (Knoxville, Tennessee, 1963) bien podría ser el dependiente de una ferretería del barrio de Queens; pero sus ojos curiosos y su coeficiente intelectual de 160 le han convertido en algo bien diferente: un director, guionista, actor y productor mundialmente famoso y reconocido por la crítica. Ganador de dos Oscar al mejor guion original (Pulp Fiction, 1994; Django Unchained, 2012), dos Globos de Oro -también al mejor guion- (Pulp Fiction, 1994; Django Unchained, 2012) y una Palma de Oro (Pulp Fiction, 1994) entre otros, el originario de Tennessee nos recibe en su mansión de Beverly Hills, en una luminosa habitación llena de vinilos del mejor Soul. Entre Kool & The Gang, Sly & The Family Stone y The Horny Horns, comenzamos nuestra entrevista:


1 - En primer lugar, muchas gracias por recibirnos. Es un honor para nosotros estar con uno de los grandes de detrás de la claqueta. En numerosas ocasiones ha hablado de la influencia que tiene para su cine haber trabajado en un videoclub. ¿Cuándo comienza Tarantino a ver películas de Serie B y qué le aportan?

2 - Estoy pensando en las intros de Kill Bill 1 y de Jackie Brown. ¿Cómo decide las canciones que caracterizan a los personajes principales de sus películas?

3 - ¿Cuál fue la primera película que le marcó?¿Cuándo se dijo: "De mayor quiero hacer cine"?

4 - ¿Qué significa para usted la estilización de la violencia de la que hace uso en sus películas?¿Busca, como Michael Haneke, criticar la aceptación social que tiene en Occidente la agresividad, la competitividad extrema y la violencia injustificada?

5 - Muchas veces ha mencionado su admiración por Martin Scorsese, ¿cuáles son sus directores favoritos en activo? ¿Y retirados?

6 - Todo el mundo conoce su predilección por ciertos actores. ¿Qué relación tiene con Samuel L. Jackson? ¿Y con Uma Thurman?

7 - ¿Qué está preparando ahora mismo? ¿Es cierto que no tendremos más Tarantino a partir de 2023?

8 - Colecciona coches y música de los 70; viste zapatillas de los 70. ¿Qué significó esta década para usted?